Dave tuvo un sueño monedero

Desde que podía recordar, Dave había estado fascinado por los juegos de arcade. Le encantaban las luces intermitentes, el sonido de las monedas chocando contra las rampas de metal y la emoción de intentar ganar un premio. Pasó innumerables horas en salas de juegos y parques de diversiones, jugando todos los juegos que tenía en sus manos.

A medida que crecía, Dave nunca perdió su amor por los juegos de arcade. Continuó visitando salas de juegos cada vez que podía, e incluso comenzó a coleccionar viejas máquinas de pinball y otros juegos antiguos. Soñaba con algún día tener su propia sala de juegos de arcade en casa, llena de todos sus juegos favoritos.

Durante años, Dave ahorró cada centavo extra que pudo, decidido a hacer realidad su sueño. Recorrió las ventas de garaje y los mercados en línea en busca de ofertas de juegos de arcade y, de forma lenta pero segura, su colección comenzó a crecer. Tenía algunas máquinas de pinball, un par de máquinas de garra e incluso un empujador de monedas, al que cariñosamente se refería como su “monedero”.

Finalmente, después de años de guardar y coleccionar, Dave había acumulado suficientes juegos para llenar su propia sala de juegos. Pasó semanas configurando todo, asegurándose de que cada juego estuviera en perfecto estado de funcionamiento. Cuando todo estuvo listo, invitó a todos sus amigos a celebrar.

Cuando entraron a la sala de juegos, los amigos de Dave estaban asombrados. Nunca habían visto tantos juegos de arcade en un solo lugar. Pasaron la noche probando suerte en las máquinas de garras, compitiendo entre ellos en las máquinas de pinball y, por supuesto, jugando al tirador de monedas.

Dave observó con una sonrisa cómo sus amigos reían y vitoreaban, completamente absortos en los juegos. Sabía que todo su arduo trabajo y ahorro habían valido la pena, solo para ver la alegría en sus rostros. A partir de ese día, la sala de juegos de arcade de Dave se convirtió en el lugar al que acudían todos sus amigos, y estaba encantado de poder compartir su amor por los juegos de arcade con ellos.